domingo, 28 de febrero de 2010

Faro nuclear abandonado en la costa rusa

La costa norte rusa es un vasto territorio de varios miles de kilómetros dentro del Círculo Polar. Durante décadas, los largos inviernos polares en los que la luz solar es prácticamente inexistente, combinados con las abruptas y peligrosas costas, se convirtieron en un verdadero quebradero de cabeza para la seguridad de los miles de barcos de carga que usaban esta ruta para conectar la parte oriental y occidental de Rusia.

En nuestros días, con la aparición de los satélites y la navegación con GPS, ha solucionado el problema, pero a mediados del siglo pasado las autoridades tuvieron que buscar soluciones para este problema.
Fue así como el Partido Comunista de la Unión Soviética decidió construir una cadena de faros para guiar a los barcos en la oscuridad de la noche polar en estas costas deshabitadas. Los faros, situados a cientos de millas de áreas pobladas, debían de ser completamente autónomos, puesto que en lugares tan alejados e inhóspitos no se disponía de ninguna fuente de alimentación externa. Fue así como los ingenieros soviéticos decidieron emplear la energía atómica, creando una serie de pequeños reactores atómicos producidos en serie limitada expresamente para ser instalados en estos faros del Círculo Polar.

Los reactores podrían trabajar de modo independiente durante muchos años sin requerir intervención humana alguna. Según la época del año, los faros se ajustaban automáticamente para encenderse cuando era necesario, a la vez que enviaban una señal de radio de advertencia a los barcos que pasaban cerca.
Durante varias décadas, los faros cumplieron su función, hasta la caída de la Unión Soviética, en la que su mantenimiento fue cayendo en el olvido. Poco a poco, todos los faros fueron desatendidos y, tras averías que nadie se preocupó en solucionar, sus luces quedaron apagadas por siempre. Por otro lado, la mejora tecnológica en los sistemas de navegación de los barcos también fue causa de que nadie se preocupara demasiado por aquellos antiguos y ruinosos faros y, según parece, tampoco recordaron que en ellos había reactores nucleares.
Por falta de información, o por exceso de hambre, la mayoría de los faros fueron víctimas de los saqueadores que en busca de cobre y demás componentes de valor, hicieron caso omiso a las advertencias sobre el peligro radioactivo desmantelando por completo sus entrañas y convirtiendo desde entonces a estas edificaciones en radioactivamente contaminadas.
En la actualidad, incluso tras varias décadas de abandono en algunos casos, las zonas todavía están catalogadas como peligrosas por los altos niveles de radioactividad.












sábado, 27 de febrero de 2010

Planta embotelladora abandonada de Pepsi en Camboya

La planta está tal y como la dejaron en 1975. Aún quedan botellas en la linea de llenado. Esta planta comenzó a trabajar en 1960, pero en el año 1975 con la llegada al poder de los Jemeres Rojos la planta fue cerrada y los empleados cualificados que en ella trabajaban fueron obligados a trabajar en el campo.
















Barco abandonado en las costas rusas




















martes, 16 de febrero de 2010

Hotel abandonado en Argentina

Enclavado en las primeras estribaciones de las Sierras El Cuadrado en la falda occidental de las Sierras Chicas, en la ciudad de La Falda, permanece aún hoy anclado entre un mar de pinos y eucaliptus.

Desde su creación en 1897 impuso a la región un destino turístico. Allí se alojaron grandes personalidades tanto de la política, las ciencias y las artes del país y el mundo entero.
Quedan constancias de la presencia del Príncipe de Gales y el de Saboya, Albert Einstein, los presidentes argentinos Julio A Roca, Figueroa Alcorta, así como lo mas granado de la nobleza europea y los apellidos mas ilustres de la sociedad argentina.