Durante la Segunda Guerra Mundial, la estación del metro de Chistye Prudy en Moscú fue utilizada como acceso a la sede de cuartel general del Ejército Rojo. Los trenes pasaban de largo por la estación y solo paraban para los militares y funcionarios que hacían funcionar las instalaciones. Aquí también se encontraba una oficina subterránea del Comandante en Jefe del ejército soviético, Stalin. Recientemente se ha permitido al acceso a un número muy restringido de personas ya que se encuentra en muy mal estado. Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial y durante la guerra fría se abandono el búnker y se construyo otro más moderno, en otra ubicación.
El búnker disponía de innumerables instalaciones, como generadores, combas y filtrado de aire y agua, salas de reuniones, galerías de tiro, gimnasio, sal de comunicaciones, despachos y alojamientos para el personal.
El búnker permanecio oculto durante toda la era soviética.
El búnker disponía de innumerables instalaciones, como generadores, combas y filtrado de aire y agua, salas de reuniones, galerías de tiro, gimnasio, sal de comunicaciones, despachos y alojamientos para el personal.
El búnker permanecio oculto durante toda la era soviética.
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